Hará unos quince años, una joven británica licenciada en ciencias comenzó un curso de ilustración que la llenó de propósito. A lo largo de su trabajo, tomó conciencia de cómo su creatividad fluía y cambiaba. Ser una ilustradora independiente, sin embargo, le suponía mucha presión con el cumplimiento de los plazos.
Miranda Gray, la dama de la que hablo, tras observarse un par de meses, descubrió que tenía dos estilos diferentes de trabajar: uno con más detalles y precisión -el que sus editores querían recibir-, y un estilo más libre y expresivo que no tenía tanta aceptación. Se dio cuenta, además, de que su estilo de creatividad estaba condicionado por su ciclo menstrual: era incapaz de hacer ilustraciones detalladas y precisas en algunos días de su ciclo.
Y no solo esto: dependiendo de la fase en la que se encontraba, le resultaba más fácil o difícil relacionarse con personas, y también su confianza y autoestima variaban, así como su nivel de concentración.
Tras leer el libro The Wise Wound (La herida sabia) de Penelope Shuttle y Peter Redgrove, logró “reconocer los patrones cíclicos en mi energía física, fuerza emocional y sensibilidad, en mi proceso de pensamiento y concentración, mi sensualidad y energía sexual, creatividad y espiritualidad”.
Al comprender su naturaleza cíclica, Miranda vio que sus experiencias y los arquetipos dentro de sus ciclos eran comunes a muchas otras mujeres. Descubrió, por tanto, que existe una antigua tradición de sabiduría menstrual… y que cada cuerpo femenino es un testimonio vivo de ello.
Yo comencé a incorporar a mi vida las revelaciones de Miranda alrededor de 2015 y descubrí lo ignorado y olvidado que tenemos nuestro santuario interior. El espacio de nuestro útero contiene patrones de energía e historia. Incluso historias no contadas de nuestros antepasados viven en él, y afectan a nuestra vida presente. Muchas veces sin saberlo, cargamos con un peso invisible de dolor y vergüenza.
La buena noticia es que toda persona tiene el poder de dejar ir y transformar estas cargas.
Cuando me formé junto a Miranda Gray como Moon Mother®, en el verano de 2019, incluí la práctica y sanación de su método en mi propio trabajo terapéutico. Había entendido lo profundas que son nuestras raíces con la Madre Tierra y nuestra conexión con la Luna.

Hay meditaciones fantásticas que nos llevan “hacia arriba”, hacia el cielo. Pero también descender, conectar con el espacio sagrado del útero y, a través de él, conectar con la Tierra y la Luna, supone una profunda sanación y liberación.
La técnica de la Sanación del Útero nos reconecta con nuestro centro energético y con los arquetipos internos. Nos ayuda así a sanar y dejar atrás los patrones dolorosos, las experiencias difíciles y todo lo que ya no nos sirve. Nos regala fuerza y equilibrio para cambiar y transformarnos, haciendo las paces con nosotras mismas.
Practicar el Womb Blessing® (Bendición del Útero) nos reconecta con el manantial Sagrado Femenino, que nos guía y empodera. Tampoco necesitas tener un útero o menstruar para recibir estas bendiciones: tu cuerpo sabe cómo curarse y (re)conectarse con el Sagrado Femenino que vive en ti.
Si estás interesada en el trabajo de Miranda, puede visitar su sitio web y estás invitada a participar en sus eventos Worldwide Womb Blessing® (Bendición Mundial del Útero). También hay un regalo para los hombres interesados en el Despertar de la Energía Femenina. Puedes leer más de esta hermosa técnica también en mi web.
Hoy, 2 de septiembre, hay luna llena en Piscis, y me ofrezco para guiar un círculo de meditación esta noche. Hazme saber si quieres participar, enviando un comentario o un correo electrónico.
Que tengas una hermosa luna Llena y una semana mágica,
Anna
PS: aquí puedes leer mi artículo de la Revista Integral sobre Las cuatro caras de la Diosa